sábado, 29 de mayo de 2010

EL TEATRO COMO ESTRATEGÍA DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE.


Día a día en la cotidianidad del aula se dan diversas manifestaciones expresivas en los niños; manifestaciones que muchas veces dejamos pasar sin detenernos a contemplar, aunque de allí podríamos rescatar todo un universo de sentimientos y pensamientos que nos posibilitarían un acercamiento al estudiante para descubrir expectativas, potencialidades, debilidades, gustos y necesidades.
La manera de interactuar con los estudiantes y las dinámicas que se generan en el aula según quien las proponga, fomentan un ambiente propicio para la expresión o lo limitan. La expresión del estudiante es una fuente inagotable de potencial para su desarrollo integral. Favorecer su expresión supone privilegiar su sensibilidad, su esencia como ser humano para que pueda manifestarse y comunicar, reconociéndose a sí mismo y proyectándose a los demás.
Después de tantos años de vigencia, alguien considere el Teatro como una innovación, máxime cuando en la mayoría de los centros de enseñanza se llevan a cabo dramatizaciones que dan prestigio y realce al Colegio. Pero el Teatro escolar no debe ser solamente el broche de oro con que termine el curso: puede y debe ser exprimido de tal manera que se convierta en el meollo de nuestro quehacer educativo.
En estos tiempos tan poco generosos, tan poco dialogantes, en los que el niño se siente solo, no ha de pedírsele que exprese exclusivamente su mundo interior es interesantísimo como ocurre en la clase de Expresión Plástica, sino que escuche también. El gran problema de la sociedad en la que vivimos es que no sabemos escuchar. Tal vez hayamos generado esta sordera como refugio ante la invasión de mensajes que nos acosan continuamente, enviados por alguien que sí tiene, sabe y posee medios para emitir. La actitud de nuestros escolares ha sufrido un acentuado viraje hacia horizontes hasta hace poco insospechados. El abuso de medios audiovisuales, si bien informa sus mentes, va deformando su expresividad. El niño teleadicto de ahora no juega, no ríe, no compite con los demás: lo hace con y contra la máquina, contra el videojuego, contra el ordenador. Ha dejado de ser un emisor de emociones para convertirse en un mero receptor... y, tristemente, no de los conocimientos y las ideas naturales, propias de su evolución, sino de otras exteriores, inculcadas subliminal y programadamente por personas que no pretenden educar en valores. Nunca en la historia ha estado el niño mejor atendido y más abandonado.
Por ello hemos de buscar una actividad artística que respete y potencie la expresividad de nuestros alumnos, pero que les haga saber que, además de la suya, existen otras opiniones igualmente respetables. La actividad artística que conjuga estas dos posturas (escuchar y exponer), que son el eje de la convivencia y la ciudadanía, es el Teatro.
El Teatro, que es, ante todo, diálogo, supone un reto, un estímulo, una transformación... y aplausos. El niño de hoy necesita todo eso y mucho más para superar el handicap de la superprotección familiar, la pobreza de conseguir todos sus antojos, la soledad producida por largas horas ante el televisor, el agobio de las clases particulares, la angustia materna por no tener dinero para pagar el plazo de la lavadora, las riñas conyugales o la separación de sus padres. O para superar sus propios problemas, como pueden ser su timidez, torpeza, pereza, despiste, atolondramiento, inseguridad o miedo.
En algunos centros educativos se suele trabajar el Teatro con mucha dignidad, tanto por parte del profesorado como por monitores especializados, en horario extraescolar. A este tipo de actividad se conoce con el nombre de Aula de Teatro y acoge a alumnos con aptitudes dramáticas, dispuestos a todos los sacrificios por conseguir una brillante representación. Previas al Aula de Teatro y, ya dentro de las programaciones escolares, aparecen ejercicios de sicomotricidad, juegos dramáticos, que damos por realizados desde el parvulario.
El TEATRO DE AULA: es una estrategia pedagógica, lúdica, motivadora, transversal y multidisciplinar, que parte de la inmersión de un aula completa en un proyecto dramático. Diseñado principalmente para alumnos de Tercer Ciclo de Primaria y Educación Secundaria Obligatoria, pretende, no solamente potenciar cualidades específicas tradicionales, como pueden ser la expresión corporal, la memoria, el sentido espacial o la sensibilidad artística, cuanto aglutinar al colectivo de alumnos alrededor de una empresa que pertenece a todos y a cada uno. No es solamente un área transversal, sino el eje vertebral que va a configurar todas las actividades del tiempo que le queramos dedicar (ciclo, curso, trimestre...); la urdimbre alrededor de la cual se tramará la vida escolar fuera y dentro del aula; la transgresión consciente y voluntaria del tratamiento de las áreas de trabajo, de por sí duras, para convertirlas en accesibles y entrañables. En el Teatro del Aula todos los participantes han de ser protagonistas y autores porque es flexible y elástico y se valoran todas las opiniones.
Este Teatro de Aula no está programado tanto para realizar un estreno teatral espectacular, cuanto para ser vivido y asimilado durante el proceso de preparación. Su meta es el camino a recorrer. No es una representación escénica que puede, incluso, no llegar, sino el proceso que la ha generado.

Buenas noches mis queridos participantes espero estén bien; aquí les coloco una lectura para su reflexión y realicen un sustancioso comentario de la misma, por favor es de la lectura no un copiar y pegar de otra lectura, recuerden que comentar es algo muy propio de cada uno gracias.

viernes, 14 de mayo de 2010

La Música Como Estrategia Educativa


La Música como recurso pedagógico

Para Miliani (citado por Matos, 1998) la música como estrategia educativa debe comenzar a realizarse con los elementos básicos de la música, duración, intensidad, altura, timbre, ritmo; aplicados en unidades musicales simples: la interacción con estas unidades, conduce al niño y niña a crear o a componer unidades más ricas y complejas, que a su vez pueden ser relacionados con los elementos cotidianos que los rodean; en la escuela, en el hogar o en su comunidad.
La Música, como recurso pedagógico, enriquece la formación integral del niño, no solo por su aspecto formativo sino también por su aporte en el sano desarrollo del individuo, de su personalidad. Según los resultados de un estudio realizado por Annely Séller en 1990 (ob.cit.), entre las ventajas más significativas de la música está el desarrollo del aspecto intelectual, socio afectivo, psicomotor, de crecimiento personal y formación de hábitos; definitivamente es una herramienta que ofrece muchos recursos y aplicaciones para la formación en valores en la educación básica.
En el aspecto intelectual, Séller considera que la música desarrolla una relación apropiada con el propio organismo (autoestima), permite la improvisación de respuestas creativas a situaciones imprevistas; favorece la atención, observación, concentración, memorización, experimentación, el conocimiento y percepción de conceptos globales como tiempo, espacio, y parciales como alto-bajo suave-fuerte, claro-oscuro, gordo-flaco, largo-corto, el lenguaje y desarrollo del cálculo, la agilidad mental y la creatividad, permite evaluar resultados mide capacidades, ayuda al conocimiento de sí mismo, enseña a pensar. En la formación en valores, la música sirve como indicador de las capacidades creativas del alumno y seguridad en sí mismo.
La música cumple una función muy importante en el desarrollo socio-efectivo del niño al enseñar a diferenciar roles y definir responsabilidades, lo capacita para una mayor y mejor participación en el aula, en la relación con los compañeros y hasta con los mismos adultos al compartir o interactuar con ellos a través de juegos y actividades musicales (canto y ejecución instrumental), dirigidas fundamentalmente a ejercitar destrezas.
El niño experimenta emociones y espontaneidad, así como también el crecimiento de sus sentimientos estéticos reforzados por los juegos con canciones que motivan al contacto físico (abrazos, roces de mano, caricias.
La música le produce placer y satisfacción al niño, despierta su observación y aceptación de todo cuanto lo rodea; le permite seguridad al desplazarse y ubicarse en el tiempo y en el espacio. Le facilita la integración grupal al compartir cantando y tocando los instrumentos con los compañeros, lo que refuerza, a su vez, la noción de trabajo cooperativo y otros indicadores de buena convivencia, como el respeto a la diversidad y el amor a sus semejantes.
El niño se sensibiliza ante el arte y la naturaleza, descubre un nuevo medio de expresión y comunicación, fortalece su autoestima, conoce y expresa sus capacidades, demuestra su perseverancia en el alcance de metas; se motiva a superar dificultades cuando, al participar en producciones artísticas, se esfuerza en aplicar correctamente los elementos básicos de la música.
La música "permite descargarse, relajarse, expresar sentimientos y canalizar sus energías de una manera apropiada", le sirve como medio para expresar el respeto hacia vida de los demás y la suya. La música está entre las opciones a las que puede acceder el alumno ante actividades y consumo de sustancias que ponen en peligro su vida.
En el aspecto psicomotor, el estudio de Séller (ob.cit) considera que la música condiciona el cuerpo, desarrolla la psicomotricidad fina y gruesa, la agilidad corporal y autonomía, y el combate o energía constructora, y en el aspecto relativo al crecimiento personal. La música desarrolla el sentido de la justicia, promueve la libertad, alivia el temor y la timidez, canaliza la agresión, desarrolla voluntad y autocontrol, enseña a delimitar libertades y a tomar decisiones, ofrece una visión del mundo y canaliza el logro de metas.
En cuanto a la adquisición y reforzamiento de hábitos, expone que la música enfrenta al individuo con sus propias habilidades y limitaciones, ofrece aprendizaje y cumplimiento de normas, enseña a respetar, a utilizar el tiempo permitiendo un uso constructivo del tiempo libre.
Matos (1998) concluye que la música permite representar situaciones personales para aprender de ellas, situaciones que se viven en el hogar, en la comunidad donde se desenvuelve el alumno y por supuesto en el aula de clases; ésta aplicación de la música de poner al alumno en contacto con su realidad inmediata es propicia para la formación en valores, ya que se evidencia un sentido netamente práctico. Los elementos básicos de la música también pueden ser aprovechados en la formación en valores, ya que "por medio del sonido, el ritmo, la melodía y la armonía, todos ellos inseparables en la música, se enriquece e impulsa la vida interior del ser humano, y se estimula su voluntad, sensibilidad, amor, inteligencia y su imaginación creadora"(ob.cit.).
Iniciativa y creatividad del docente en la integración Música-Valores
Sobre el papel de la iniciativa y creatividad docente en el desempeño del docente, Matos (1998) considera que es recomendable hacer uso de la improvisación rítmica, melódica y armónica para posteriormente, aplicarla a los instrumentos; por ser ésta la manera más directa de asegurar un contacto personal, profundo y duradero con la música.
"En líneas generales la capacidad de improvisar es la herramienta que todo maestro necesita para realizar cualquier actividad, entendiendo por improvisación la chispa que pone en marcha el proceso creativo. Esta capacidad implica el ser capaz de motivar a los niños, ya que del maestro creativo, saldrán niños creativos."(ib.).
En éste mismo orden de ideas, para Matos el hecho que el docente sea capaz de improvisar no implica que deba poseer cualidades especiales; sino que a través del conocimiento y ejercitación de las técnicas adecuadas todo docente puede ser capaz de alcanzar la fluidez necesaria para manejar el recurso de la improvisación.
"El improvisar, no implica que el maestro no haya preparado y programado su trabajo, sólo que se debe ser flexible ante situaciones imprevistas propuestas por los niños y adaptarse a las necesidades y objetivos que el momento así lo requiera"(op.cit.).Ya que la improvisación y creatividad no necesariamente son contrarias a la planificación, podemos dar cabida a la capacidad del docente para componer producciones musicales y adaptarlas para a la enseñanza de objetivos específicos (valores o cualquier área académica), tomando en cuenta la personalidad y necesidad de los alumnos, sus habilidades y destrezas musicales, los elementos básicos de la música y los recursos disponibles en la escuela y el aula.
García (1996) explica que las experiencias significativas extractase (sic.), donde la producción musical sea el propósito de las mismas, también son una manera de explotar la capacidad creativa del docente, además de dar la oportunidad de desplegar capacidades y actitudes que en el aula no se puedan desarrollar. La formación de clubes o grupos culturales; donde se pone en práctica diversos valores como la responsabilidad, convivencia, solidaridad, perseverancia y la identidad nacional; también permite que los alumnos demuestren su creatividad e iniciativa. Estas experiencias permiten que el alumno viva y disfrute la riqueza del trabajo, la satisfacción del esfuerzo, la alegría del compartir y de la amistad. Para García "lo más importante de estas experiencias es que marcan la vida de los alumnos, y las marcan porque llegan al corazón".

Objetivos generales del área Educación Estética
El Currículo Básico Nacional, producto de la reforma educativa implementada por el Ministerio de Educación en 1997, establece los siguientes objetivos generales para el área de educación estética, en la cual está inmersa la música:
1. Sensibilizar al alumno para que se exprese a través de las artes, critique y disfrute de las mismas; adquiera conocimientos sobre los materiales y medios de expresión de las artes plásticas, musicales y escénicas, y desarrollen habilidades y destrezas para su manejo.
2. Desarrollar en el alumno habilidades y destrezas que fortalezcan su capacidad creativa y permitan el logro de un individuo sensible a las manifestaciones de las artes plásticas, la música y las artes escénicas.
3. El alumno utilizará la voz y el propio cuerpo como instrumento de representación plástica, musical y escénica, a fin de contribuir con ello al equilibrio afectivo y la relación con el grupo.
4. El alumno comprenderá las capacidades del sonido, la imagen, el gesto y el movimiento como elemento de representación, a fin de utilizarlas para expresar ideas, sentimientos y vivencias de forma personal y libre en situaciones de comunicación y juego.
5. El alumno explorará el ambiente, materiales e instrumentos diversos musicales, plásticos y de las artes escénicas para conocer sus propiedades y posibilidades de utilización con fines expresivos, comunitarios y lúdicos.
6. El alumno realizará de forma cooperativa, producciones artísticas que suponen actividades diferenciadas y complementarias en la elaboración de un producto final para el disfrute y goce estético.
7. El alumno conocerá, preservará y valorará el patrimonio artístico cultural de su estado y la nación; fortaleciendo así la identidad nacional.
Bloques de Contenido
El programa de Educación Estética está conformado por cinco bloques de contenido en la primera etapa de Educación Básica, los cuales mantienen una secuencia fundamentada en el desarrollo evolutivo del niño y la interacción de las tres disciplinan que integran el área: Música, Artes Plástica y Artes Escénicas.
1. El movimiento del cuerpo, formas e imágenes
1.1 El cuerpo, formas e imágenes.
1.2 El movimiento del cuerpo, formas e imágenes.
1.3 Desplazamiento del cuerpo, formas e imágenes como medio de expresión y comunicación.
Mediante este bloque se pretende que el alumno conozca su cuerpo y lo utilice como medio para expresar ideas y sentimientos a través de la coordinación armónica de sus movimientos, según los esquemas rítmicos. A la vez, sea capaz de compararlo con formas naturales, creadas por el hombre y con imágenes producto de su fantasía.
2. El ritmo y el sonido en manifestaciones artísticas.
2.1 Fuentes sonoras, ritmos y grafismo.
2.2 El ritmo y el sonido en representaciones artísticas.
2.3 El ritmo, sonido y el movimiento en manifestaciones artísticas.
El estudiante debe identificar y clasificar los diferentes sonidos y los incorporará a su expresión artística a través del gesto, el ritmo, el movimiento y el grafismo como elemento de representación a fin de utilizarlos para expresar ideas, sentimientos y vivencias de forma personal y libre.
3. Relación tiempo y espacio
3.1 El tiempo y el espacio.
3.2 Relación tiempo y espacio.
3.3 Tiempo, espacio y volumen.
El estudiante debe estar en capacidad de conocer su espacio, relacionarlo con el tiempo y orientarse en él. Al trabajar este bloque el alumno comprenderá los espacios artísticos mediante el desplazamiento en bailes, juegos teatrales, rondas, en movimientos musicales de acuerdo a la intensidad, velocidad y a la utilización de los espacios plásticos, en atención a los principios de equilibrio, proporción y tensión; así como, se apropiará de la noción de volumen a través del conocimiento de las tres dimensiones: alto, ancho y profundo.
4. Elementos y medios de expresión artística
4.1 La línea, el color, el valor y la textura.
4.2 Elementos y medios de expresión artística.
4.3 Elementos de expresión plástica, dibujo, pintura, música y artes escénicas.
Con el conocimiento y las experiencias de los elementos de expresión plástica: línea, color, valor y textura, se procura que el estudiante adquiera las herramientas necesarias para expresarse plásticamente, reconozca la importancia de estos elementos en un espacio escénico y la libre expresión de experiencias artísticas, mediante la combinación de la música en trabajos creativos. En este bloque se hará énfasis en la distinción de los elementos de las diferentes expresiones artísticas.
5. El lenguaje artístico y su cotidianidad.
5.1 Los lenguajes artísticos.
5.2 Lenguaje artístico y la cotidianidad.
5.3 Lenguaje artístico, lo cotidiano y la cultura.
Se pretende que el estudiante afiance los conocimientos y experiencias sobre los distintos elementos y medios de expresión artística, los diversos lenguajes artísticos a fin de que los incorpore a su cotidianidad y aprenda a apreciar, valorar, mantener y disfrutar su patrimonio artístico y cultural a nivel regional y nacional.
La expresión corporal del niño como medio para expresar sus pensamientos, emociones e incentivarle el gusto por la música y las tradiciones venezolanas.
Los esquemas rítmicos podrán basarse en canciones populares y tradicionales de manera de lograr que el niño identifique, compare y clasifique cada uno de ellos (ubicación geográfica y significado) y forme su subjetiva relación del ritmo-movimiento, sonido-emoción, melodía-expresión, visión-concepto.

Según la lectura publicada responde en forma de ensayo las siguientes interrogantes:
¿Cree usted que el docente conoce y aplica adecuadamente los elementos básicos de la música tales como en el aspecto intelectual, socio afectivo, psicomotor, de crecimiento personal y formación de hábitos en el educando?
La planificación del docente debe ser globalizada; ¿En qué contenidos de las diferentes áreas del conocimiento se podría aplicar la música como estrategia educativa?